por T. Austin-Sparks
Capítulo 5 - Cristo Formado en Nosotros
Lectura: Gálatas 3.
"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros" (Gálatas 4:19).
La Resistencia al Propósito Divino
A medida que continuamos nuestra meditación con relación al crecimiento espiritual, el pleno crecimiento espiritual, reconociendo, como hemos tratado de hacer, el lugar muy grande y serio que este asunto ocupa en la Palabra de Dios, y la importancia evidente que el Señor le otorga, hay otra cara de ese hecho que nos debe impresionar a nosotros, es decir, la forma en que este tema del crecimiento espiritual está repleto de oposición. Cada vez que tocas este asunto, te encuentras ante la presencia de algo establecido en contra del crecimiento espiritual. Nunca se presenta en condiciones pasivas. Siempre es constituido por fuerzas y elementos de oposición activa. Tú encontrarás que la exhortación, el estímulo, la amonestación es todo de un carácter más positivo que algo en contra. Siempre que Dios se ha movido en el pasado en dirección al crecimiento espiritual, siempre se presentan algunas contramedidas, algunos elementos antagónicos. Se puede ver esto a través de la Palabra de Dios una y otra vez.
Cuando el Señor traía a Israel de la esclavitud y la limitación de Egipto, a la vez hubo un amargo conflicto. Cuando Israel fue finalmente introducido a la tierra, casi de inmediato surgió un Acán para detener todo ese movimiento y llevarlo a un punto muerto hasta paralizar aquel desarrollo rumbo a la plenitud de la tierra; y por un momento eso fue efectivamente lo que ocurrió. Así tú puedes observar eso en un gran número de casos en el Antiguo Testamento.
Cuando Dios trajo a Su Hijo al mundo, eso fue un gran movimiento hacia la plenitud espiritual, pero la oposición había de comenzar con un Herodes, y el prejuicio de los judíos. Tomemos nota del hecho de que el prejuicio siempre se establece en oposición al progreso espiritual. Los prejuicios nunca dan a Dios una oportunidad. Es una puerta cerrada. Si hay algo más que cualquier otra cosa, que marcó a los judíos, en los días cuando Jesús, que era la plenitud de Dios, estuvo entre los hombres, era el prejuicio, y esto fue lo que los limitó y los apartó del pleno propósito de Dios.
Cuando el día de Pentecostés llegó plenamente, y fue realizado un poderoso movimiento hacia la plenitud –aquello a que el apóstol se refiere más tarde como “la plenitud de Aquel que todo lo llena en todos"– difícilmente la iglesia comenzó su curso, y ya tú encuentras un instrumento adecuado del enemigo para impedir la obra en Ananías y Safira. Más adelante, llegas al apóstol Pablo, y siempre y en todo lugar, están los judaizantes siguiendo sus pasos.
De modo que cada movimiento de Dios encuentra una oposición (un contra-movimiento). Cada paso hacia el crecimiento espiritual encuentra algo presente desde el otro lado para tratar de impedirlo, detenerlo, para frustrarlo.
Las Cartas de Pablo
Así, pues, estas cartas de Pablo traen a la vista una gran cantidad de cosas que Satanás ha producido, la mayoría de las veces a través de la carne, como obstáculos en contra de los propósitos de Dios –el crecimiento pleno. Como lo hemos visto, en Corinto era la carnalidad, como también queda perfectamente claro en los primeros capítulos de la segunda carta a los Corintios; y entre los Gálatas fueron los judaizantes. La suya era una forma muy indigna de ir a la obra. Uno de sus mayores golpes en contra de lo que Dios estaba tratando de hacer, y estaba haciendo a través de su siervo Pablo, fue su ataque a él en persona, es decir, su ataque sobre él, como el vaso usado por Dios, un ataque de una manera indigna de parte de aquellos que profesaban estar buscando los intereses de Dios.
Siempre es así. Cuando Dios se mueve y toma un vaso para el incremento de Cristo en su pueblo, para el crecimiento espiritual, Satanás levanta un ataque contra aquel vaso, y trata de frustrar y perjudicar de alguna manera el propósito a través de aquel vaso. Él tratará de tergiversar, mentir –¡Oh!, él usará todo tipo de movimientos para abatir al instrumento, de modo que el objetivo divino pueda caer en descrédito e infamia, o venga a estar paralizado.
Ahora aquí está una carta (la carta a los Gálatas), que está repleta de conflictos terribles. Martín Lutero fue un luchador, si era algo, y él dice que había aplicado esta carta a sí mismo. Pero, ¿qué dijo Lutero más tarde con relación a esto? "Antes yo vivía con tranquilidad y comodidad, en descanso y aceptación, pero desde entonces me he rodeado a mí mismo con un sólido bloque de enemigos". Eso es importante por lo que esta carta representa. Quiso Dios que Martín Lutero hubiese visto todo lo que esto representa, en lugar de sólo sus inicios. Sin embargo, aquí estamos en presencia de conflictos, y el punto es que reconozcamos que si Dios se está moviendo hacia el incremento de la medida de Cristo en los santos, este movimiento enfrenta todo el antagonismo del infierno, y el vaso utilizado por el Señor para tal fin estará bajo el ataque masivo del enemigo, tanto de tipo violento como de tipo malicioso. Él no irá a detenerse por nada hasta lograr hacer inoperante aquel vaso, para paralizarlo, de modo que no pueda cumplir su misión divina. Siempre tomo al apóstol Pablo como representante personal de la verdad que fue confiada a él, como un vaso, como alguien en quien todo lo relativo a aquella verdad había sido experimentado en su propia historia; y en este punto, como en tantos otros, es totalmente evidente que Pablo fue levantado como un vaso especial con relación al propósito pleno y eterno de Dios acerca de la iglesia, y no hubo otro hombre en la dispensación que haya encontrado la fuerza del infierno así de esta manera, en su empeño por paralizar y destruir a este hombre. Su posición nos la muestra en su propia historia, y en su propia persona, lo que podemos esperar si estamos unidos con el íntegro propósito de Dios.
Esto debe ser esclarecedor y alentador, mirado desde un punto de vista. Esto debe explicar las cosas, y hacernos asumir nuestra responsabilidad. El peligro tan frecuente con nosotros, cuando hay un poderoso levantamiento de antagonismo espiritual, y nos hace sufrir, y son sufrimientos intensos, es que podemos considerar este sufrimiento como algo en sí mismo, tratar de atribuirlo a causas naturales, a sentir que es algo que en el curso de la vida ha llegado a nuestro camino. Creemos que justo somos víctimas, y fracasamos al ver que, aunque la cosa pueda aparentar ser así, se relaciona clara y directamente con la finalidad con la cual estamos ocupados.
Puede ser que tú no seas capaz de estar de acuerdo con esto, debido a que no has estado experimentándolo, pero otras personas lo entenderán. Creéme, que si estuvieres comprometido con el pleno propósito de Dios para contigo, si estuvieres unido al pensamiento pleno de Dios para su pueblo –para ti mismo y para otros, especialmente para la iglesia– tú te vas a enfrentar con los ataques del Diablo a fin de frustrar el propósito, por todos los medios imaginables; la frustración de sí mismo, la frustración de su ministerio. Tú te irás a enfrentar físicamente con eso, lo irás a enfrentar en tu alma, e irás a enfrentarlo espiritualmente. Irás a su encuentro en tu interior, e irás a su encuentro fuera de ti mismo. Lo irás a enfrentar en una batalla dentro de ti mismo. Y lo que es verdadero en lo individual, también será válido para cualquier compañía que esté relacionada y a favor del propósito de Dios.
La Forma del Ataque entre los Gálatas
Así que nos encontramos nosotros mismos en esa misma atmósfera, de inmediato abrimos esta carta a los Gálatas. Pablo no pierde el tiempo aquí. Él utiliza muy pocas palabras procurando la exactitud. Él se presenta a sí mismo, y su introducción es un ataque. Él abre la batalla en su primera sentencia. "Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre ...)". Eso es un ataque. Se prepara la batalla. Los judaizantes han estado trabajando, y han convencido a los Gálatas de que Pablo no era un auténtico apóstol, pero se había colocado como tal; él no era uno de los doce, sino que se había auto- promocionado. "Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos)". Como lo puedes ver, esto es aceptar el desafío. ¡Cómo va esto al corazón de las cosas! Esto se apodera de la espada del enemigo y la hace girar justamente para que se atraviese a sí mismo. Los judaizantes dicen que yo no soy un apóstol reconocido por Jerusalén, que yo no he sido ordenado por el cuartel general, que yo no soy uno de los auténticos doce; que no he recibido mis credenciales de los eclesiásticos, los que son llamados pilares. ¡Estoy de acuerdo! Pero yo recibí mi apostolado de lo alto; lo recibí "por Jesucristo y por Dios el Padre". ¿Qué puedes tú decir a eso? ¿Cómo vas a manejar esto?
Ahora, esto es sólo para señalar que tú estás en la presencia de conflictos, y para establecer el hecho de que hacia donde Dios está tratando de avanzar con miras a la plena formación de su Hijo en la Iglesia, Satanás está siempre muy activo, a fin de frustrar ese propósito por todos los medios posibles. Tenga siempre esto en mente. Tenga esto en cuenta en todo momento. Que el Señor nos ayude a hacerlo. Si lo tenemos en cuenta, esto será para nuestra salvación.
Lo que los judaizantes han tratado de hacer es quizás algo que no es necesario considerar en detalle. Si ellos hubieran tenido éxito, esto es lo que habría sido el efecto y el resultado, a saber, que los Gálatas habrían regresado a la formalidad religiosa, y se habrían establecido y fijado en lo ceremonial y ritual, en la tradición y las obras de la religión externa, lo que costaría, en primer lugar, la vida, y en última instancia, el propósito eterno de Dios. El apóstol asume la batalla por la vida en esta carta, y hace que sea una cuestión de vida.
Podemos ver claramente que el método del enemigo no se limitaba a los gálatas, pues esto ya había ocurrido antes del tiempo de ellos, y aún continúa siendo: formalismo, formalidad religiosa, ceremoniales, rituales, tradiciones religiosas, muchas de obras exteriores en nombre de Dios; todo esto en lugar, primeramente, de la vida espiritual y, entonces, por último, en lugar de la plena intención de Dios para con su pueblo. Eso es muy cierto. Por supuesto, el enemigo siempre sabe dónde tiene un punto saliente, donde tiene una posición ventajosa. Estos gálatas eran principal- mente gentiles, y ellos habían salido del paganismo, y en su sistema religioso pagano había muchos ritos y ceremonias, muchas ordenanzas religiosas. Había todas aquellas actuaciones y actividades externas que constituyen la forma de adoración de sus dioses, y para el hombre natural, el hombre del alma, tales cosas son indispensables. El hombre natural necesita tener lo que es tangible; él debe oír alguna cosa, ver algo, hacer alguna cosa; él debe manejar algo; debe recibir ayuda en la religión. Todos estos acompañamientos de la religión son fundamentales para la religión, y tu religión sería algo pobre, algo muerto de hambre, si tú los apartas, los alejas. Remueve lo artístico, distancia lo estético, quita todos los factores externos que llegan a nuestros sentidos, y aquellos medios por los cuales expresamos nuestra vida consciente y sensitiva, y ¿qué es la religión? Esta vida espiritual pura de la fe, sin nada de esas cosas, es algo que no es interesante para el alma, y es muy vaga. ¡Sí, qué cosa irreal es esto! Estos gálatas habían abandonado todas estas cosas, y se habían convertido al Señor. Entonces, los judaizantes habían llegado conforme el orden judaico, y dijeron: "Si ustedes no están circuncidados no pueden ser salvos, y lo que ustedes necesitan es volver a las ordenanzas judaicas". Si tú estás en tu punto más bajo, espiritualmente hablando, no eres capaz de hacer frente a ese tipo de cosas muy bien, cuando hay argumentos plausibles y fuertes limitaciones, y cuando hay ataques contra el instrumento que se ha utilizado en tu favor, señalando todos los defectos y debilidades de esa persona, exhibiendo la forma en que uno se ha colocado a sí mismo a fin de llegar a ser lo que es contrario a la posición aceptada en Jerusalén. Estos líderes en Jerusalén habían conocido personalmente a Jesucristo, en la carne, habían estado con Él, y no estaban de acuerdo con este tipo de cosas; ellos aún creían en estas ordenanzas judaicas. "Así que ustedes pueden ver que Pablo está errado; él está solo en sí mismo; nadie está de acuerdo con él", era lo que los judaizantes decían.
Todo era muy sutil, y por lo tanto Satanás tuvo su espacio entre ellos con relación a su antigua forma de vida, trabajando con aquella vida del alma no crucificada, y llegaron a estar bajo esa seducción, ese hechizo. "¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó?” Como hemos señalado, las palabras literales son: "¿Quién lanzó sobre vosotros palabras de encanto (hechizo de brujería)?" Un hechizo es una sensación agradable, hasta que tú despiertes. Un hechizo es normalmente lanzado sobre una persona a fin de robarle algo , y de hecho es lo que sucedió en el caso que nos ocupa.
Aprehensión Espiritual de Cristo
Permitamos, pues, reconocer el punto, a saber, que en Cristo somos llamados a salir de todas aquellas cosas. Esto es terrenal, esto es del hombre, es tradición, del sistema religioso de ritos y ordenanzas, de días, tiempos y estaciones. Hemos sido llamados a salir de todo esto, hacia una vida celestial en Cristo Jesús por la fe. Cuando tú realmente consigues ser salvo, nunca tienes inclinación hacia esa otra cosa de nuevo, nunca más te perderás por ello. Pero este es justamente el punto de Gálatas 4:19: "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros". Pablo no estaba diciendo en ese momento que estaba con dolores de parto con relación al propósito final, cuando Cristo debería ser plenamente formado en ellos según el propósito de Dios. Por supuesto, tuvo su incidencia sobre eso, estaba relacionado con eso en última instancia, pero eso no es lo que quiere decir aquí; eso no se ajusta plenamente a la imagen de Cristo, no aquel pleno desarrollo de Cristo en ellos. Lo que está diciendo aquí es lo siguiente: "Estoy con dolores de parto hasta que Cristo tome la forma definitiva en vosotros". Es la diferencia entre el embrión y el niño totalmente formado. Él dijo que estaba en agonía por esa causa. El problema con ellos era que ellos no habían visto a Cristo claramente, no habían comprendido claramente a Cristo, Cristo no estaba claramente definido en ellos; el significado de Cristo no se había hecho definido en ellos. Algo había sucedido. Ellos habían sido engendrados de arriba, habían recibido el Espíritu, por la fe se habían convertido al Señor Jesús, pero es evidente que no habían comprendido la importancia de Cristo. Pablo dijo: "Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros". ¿Qué es trabajar en vano? Oh amados, con relación al propósito de Dios, con relación al pleno pensamiento de Dios, está lejos de ser suficiente el sólo creer en el Señor Jesús; es mucho más que eso; es esencial que podamos ver qué y quién es Jesús, y lo que Él significa.
Si quieres pruebas de que este es el punto aquí entre Pablo y los gálatas, reconoce este hecho, que el nombre personal del Señor Jesucristo se produce cuarenta y tres veces en esta muy breve carta. El título no es descriptivo, como tantas veces en otros lugares. Está el nombre personal, el Hombre Cristo Jesús treinta y nueve veces fuera de los cuarenta y tres en esta carta.¿Por qué? ¿Por qué debería traer un número tan enorme de referencias a Él en esta carta? Bueno, es muy evidente. Escucha su exclamación, en este sentido: "Ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado", señalizado de forma abierta, y ¡no habéis visto! Cuatro veces en esta carta es mencionada la Cruz de Cristo con relación a las cosas más grandes con las que tenemos que ver. No vamos a parar ahora con ellas, sin embargo esas cuatro declaraciones sobre la Cruz del Señor Jesús en esta carta son las cosas más grandes que puede decirse de la Cruz, y todas ellas hacen referencia al fin del ego personal: "He sido crucificado..." –el todo abarcante hecho; y luego, por el mismo medio, la separación de la ley –"Yo... muerto a la ley"; separación de la carne – "Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos"; separación del mundo –"Lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo". "Ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado", y no habéis visto las consecuencias; no habéis comprendido esas implicaciones.
Si vosotros hubieseis creído (gálatas y todos los demás) hubieseis sido liberados de una vez por todas de los sistemas religiosos, de las órdenes terrenales, de los ritos, ceremonias, tradiciones, y todo ese tipo de cosas, y estaríais en los lugares celestiales, pues Cristo crucificado significa esto. Comprender (aprehender) a Cristo significa la emancipación absoluta de todas las cosas aquí, incluso de una manera religiosa. Esto es lo que representa toda la cuestión de la madurez y la inmadurez. Tú preguntas:
¿Qué fue lo que constituyó la inmadurez entre los gálatas? Fue que, bajo persuasión, influencia y argumento, ellos estaban dispuestos a retroceder con tanta facilidad y tanta rapidez a un orden religioso terrenal con el cual la cruz de Cristo ya había acabado, a la cual la cruz Cristo había llevado a su fin. Oh, sí, la ley de Moisés, y todo su orden, y su ritual terminó en la Cruz del Señor Jesús. Ello había servido a un propósito, pero alcanzó su plenitud en Cristo, y Cristo crucificado marcó el fin. En Cristo resucitado, todo lo que esto señalaba es llevado de una manera espiritual al cielo, y ahora estamos unidos a Cristo en el cielo. Él cumple todos los valores de aquello para nosotros. Él es nuestro Sumo Sacerdote, nuestro sacrificio, nuestra preciosa sangre, nuestro lugar de encuentro, nuestra justicia, nuestro enfoque, nuestro acceso a Dios, nuestra aceptación. Todas aquellas cosas que eran sombras, tipos y figuras se cumplen en Cristo resucitado y exaltado, y nosotros tenemos todo esto en el valor espiritual. Sí, usted dice, pero todo es tan distante, y tan irreal, y nosotros queremos algo que podamos manejar, tocar, ver y oír. Ah, esto es inmadurez, esto es infancia espiritual. Los niños siempre quieren algo (y con razón) que puedan ver y oír. Pero el apóstol en su carta a los Gálatas se sumerge directamente en el lugar donde todas esas cosas infantiles se acaban. Él dice: "Ustedes deben comenzar la filiación desde el principio". Es notable lo avanzado que él está en su punto de vista en esta carta.
Si bien el lugar de los hijos está en el futuro, mientras que la herencia está allí, el apóstol dice, todos somos hijos de Dios por la fe en Jesucristo, y se espera que nosotros ahora comencemos a vivir sobre el principio de filiación. No queremos juguetes para jugar con ellos en la tierra, libros de figuras e imágenes para mirar, lecciones objetivas, sino que hemos llegado en el espíritu de inmediato a la aprehensión de Jesucristo, y a una viva comunión con Él, de modo que todo ese tipo de cosas es pasado. La cruz del Señor Jesús en esta carta no está establecida meramente con relación a aquello que podríamos llamar pecado grave, sino que se establece contra toda religión en la carne; y cuando Pablo dice: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí"; y que además añade: "y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios...". tú puedes notar el contexto. Es la diferencia entre la vida en la ley y la vida en Cristo resucitado; no la diferencia entre la vida religiosa de los judíos, como tal, y el hombre religioso como tal. Todo esto es una sola cosa, y la cruz elimina todo esto, y el "yo" que se encuentra en eso es llevado a su fin. Ahora vivo yo, dice él, "pero no soy yo, es Cristo... y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios..." Es un tipo de vida. La Cruz pone de relieve ese tipo de vida que es la vida del Hijo de Dios vivida por nosotros a través de la fe. Esto debe ser reservado para futuras consideraciones. Nos quedaremos con los puntos más evidentes en la carta.
Cristo Formado en Nuestro Interior, una Cuestión de Suprema Importancia
Creo que podemos estar discurriendo un poco más acerca de esas palabras en Gálatas 4:19: "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros".
Es el grito de angustia para que los creyentes puedan llegar a un lugar donde estén firmes. –"Cristo sea formado". Es el lugar donde haya alguna definición en ellos en cuanto al Señor Jesús. Es una cosa resuelta. Que han visto al Señor Jesús y que están firmes. Tú no logras moverlos, es decir, ellos tienen la raíz de la cuestión en sí mismos. Cristo ha tomado forma en ellos, dentro de ellos.
Ahora, si Pablo agoniza, se angustia, gime, siente dolores de parto en ese sentido, cuán importante es, y qué serias consecuencias deben estar relacionados con la condición de los gálatas. La apremiante necesidad entre el pueblo del Señor es que deben llegar a un lugar y a una posición firme y establecida, como consecuencia del significado de que Cristo haya llegado a ellos como a su hogar con claridad y definición; que ellos puedan estar establecidos y posicionados, y no ser fácilmente removidos, y no caer fácilmente en los discursos encantadores. Ellos conocen al Señor, y tú no los puedes mover. Tú no tienes que cuidar a personas como esas. Tú no tienes que recogerlos y ponerlos en sus pies. Tú no tienes que ofrecerles muletas. Tú puedes contar con ellos. Tú sabes que ellos tienen ese conocimiento básico del Señor, que no se moverán fácilmente, que irán avanzando derecho. Ellos entienden lo que esto significa; han comprendido la importancia de Jesucristo, y tú puedes contar con ellos para seguir adelante. Tú estás de acuerdo en que este es un estado muy necesario para el propósito de Dios, que es el pleno crecimiento; tener una comprensión inicial y fundamental de la importancia de Cristo, y que se ha fijado con relación a Él. Es debido a que falta eso que hay tanta pobreza y limitación espiritual, tanta debilidad, deficiencia y derrota en todas partes. Se trata de una cuestión de ver al Señor Jesús.
Es por eso que el apóstol usa con toda su fuerza su caso personal como un ejemplo de ello. Él abre esta carta, y asume la batalla. Él declara su apostolado como procedente del cielo, y no de los hombres. Entonces él continúa con su propio caso, y más adelante él dirá: "Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí". Cuando eso ocurrió, él dice, en efecto, "no consulté en seguida con carne y sangre, ni subí a Jerusalén”, es decir, “tuve la raíz de la cuestión en mí por la acción directa del Espíritu Santo".
Todo es por el Espíritu
Prosigue a través de esta carta de nuevo y cuenta el número de veces que se menciona el Espíritu. Vas a descubrir en todas partes que es el Espíritu, y que es esta obra interior del Espíritu Santo en el corazón lo que le hace ver al Señor Jesús. No estoy hablando respecto de ver una figura; no se trata de ver a una persona como tal, yo estoy hablando de ver el significado del Hijo de Dios, el significado del Hombre Cristo Jesús, de cómo Él reúne todas las cosas que ya han existido, o que van a existir, en su propia persona, y se convierte en la encarnación de todo el propósito de Dios, de toda la intención de Dios, y la fuente principal de todos los recursos con relación al propósito de Dios; y Él se convierte en eso para Pablo. Pablo no necesita de altares judíos, ni de sacerdotes judíos, ni de derramamiento de sangre y sacrificios judíos, ni de templo judío o tabernáculo. Jesucristo es todo eso y mucho más para Pablo. Él no necesita la orientación de esas cosas, ni vive por esas cosas; Jesucristo es su vida. Es lo que el Señor Jesús es para él, quien es la suma total de todo.
Cuando tú tienes esto, estás fuera, eres libre. ¡Oh, ninguno necesita decirte: tú debes hacer esto, y no debes hacer aquello. Esto es la ley. Tú estás fuera, tú eres libre, tú no tienes vida en eso, tú tienes descanso, libertad, poder y paz en Cristo, en comunión con Él, en comunión con Dios en Él. Puedes imaginarte qué terrible caída fue esta de parte de los gálatas. Pablo apela a ellos: "¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” Tú, que has entrado en el camino de todo esto por el Espíritu Santo, ¿crees que vas a alcanzar el pleno propósito de Dios, ser hecho perfecto, por recurrir a las actividades religiosas de la carne? Esto es impensa- ble. No te extrañes que porque encuentres a Pablo asombrado, perplejo, confundido y vehementemente enojado, que alguien, entonces, podría anular la Cruz de Cristo, para dejar de lado la vida en el Espíritu. La madurez espiritual es que el Espíritu Santo ha revelado y revela todo el significado de Cristo en nosotros., y que estamos viviendo en Él. Falta de madurez espiritual es que nosotros necesitemos de todas estas cosas externas religiosas a fin de que nos ayuden a ser buenos, y con un resultado muy insatisfactorio. ¿Puedes ver el punto? Lee la carta de nuevo a la luz de esta palabra: "Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!". En los idiomas originales de la Biblia, el hebreo y el griego, cuando se lee aquella cláusula en particular, tú estás utilizando exactamente la palabra que el Señor Jesús usó cuando Él oro al Padre. Cuando Él oró, no dijo en español: ¡Padre! Él dijo: ¡Abba! No veo ningún valor particular en venir hasta nosotros de esta manera, pero es extraño que el Espíritu Santo haya conservado esto, y nos haya dado la palabra original y la traducción, como si Él desease tocarnos más íntimamente con esto, traernos en espíritu al corazón mismo del Señor Jesús.
Justamente como Jesucristo le dijo al Padre: ¡Abba!, así el mismo Espíritu, como Cristo, está en nosotros haciéndonos saber la misma relación con el Padre que Él tenía: "Por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba!..." Ahí es donde la vida en el Espíritu comienza –¡Padre! Es por el Espíritu de su Hijo.
Puedes ver que el propósito de Dios, el fin de Dios, es que debemos ser conformados a la imagen de su Hijo. El Espíritu de su Hijo en nosotros clamando "Padre", revelando a Cristo en nosotros. "Agradó a Dios... revelar a su Hijo en mí". Esto coloca todo en el interior de principio a fin; el primer paso y la plenitud están vinculados con esto. "Revelar a su Hijo en mí". Esto se sitúa contra todas las exterioridades de la religión. La diferencia está entre la vida y la muerte, la tierra y el cielo, el tiempo y la eternidad. Y así, Pablo llama a esto libertad, "la libertad de los hijos de Dios". "Estad, pues, firmes en la libertad..."
Que el Señor haga todo esto claro, y haga de esto morada en nuestros corazones, para que podamos conocer a Cristo.
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