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El Persistente Propósito de Dios

por T. Austin-Sparks

Capítulo 13 - "El Señor Está Ahí"

DIOS LLENARÁ TODAS COSAS

Ahora bien, esta mañana tenemos que traer a su fin estos estudios tomados en Ezequiel, y creo que no podemos hacer nada mejor que llegar hasta el final de este libro. La última frase del libro dice así: "Y el nombre de la ciudad desde aquel día será el Señor está ahí". Justo podemos poner al lado algunas palabras de Efesios 2:19-22: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu".

"Y el nombre de la ciudad desde aquel día será el Señor está ahí".

Y, de nuevo, en Efesios 3:19-21: "Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén".

"Y el nombre de la ciudad desde aquel día será el Señor está ahí".

El fin al que todas las obras de Dios se mueve es este propósito. Todo lo que tenemos en estas profecías de Ezequiel apunta a un solo propósito, "El Señor está ahí", sin embargo eso también es cierto de toda la Biblia. La Biblia entera se mueve hacia ese único propósito. Este es el fin para el cual fueron creadas todas las cosas, y es la presencia de Dios en plenitud y en firmeza. El propósito de Dios es que Él llenará todas las cosas. De modo que el fin es "El Señor está ahí".

DIOS QUERÍA CONFIAR EN EL HOMBRE

Ahora hay una cosa en particular que es necesaria para que este fin sea alcanzado. Dios debe ser capaz de comprometerse con el hombre. Eso es lo que Dios quería hacer al principio. Es perfectamente claro en el comienzo del Libro del Génesis que Dios ha querido comprometerse con el hombre. Él quería estar con el hombre. Dios quería confiar en el hombre. Quería poner todos Sus intereses en las manos del hombre; en una palabra, Dios ha querido confiarse a Sí mismo al hombre.

"¿A qué clase de hombre se comprometerá Dios a Sí mismo?" Todo el Libro de Ezequiel es la respuesta a esa pregunta. En primer lugar, la respuesta se da en forma negativa. Dios no se comprometerá con aquello en lo que Satanás tiene un lugar. Desde el principio, Satanás siempre ha tratado de poner al hombre a estorbar el camino de Dios. Satanás había ganado un lugar en la nación de Israel y en los países de fuera, pero el hombre fue hecho para el propósito que Dios se había propuesto con él. Sin embargo, Satanás capturó al hombre, y él ha hecho al hombre el mayor obstáculo para Dios, por lo tanto, la gloria es retirada, y se aleja. El hombre tal como es ahora derrota el propósito de Dios. Dios no puede comprometerse con ese tipo de hombre. Dios no se comprometerá con algo en lo que Satanás tiene un lugar. Satanás y sus obras tuvieron que ser destruidos antes de que Dios fuese a comprometerse. El Hijo de Dios apareció para destruir las obras del diablo, a fin de dar paso a Dios, a fin de que Dios pudiese tener Su lugar y llegase a Su fin, porque Dios no se comprometerá con algo que no haya sido juzgado en justicia.

EL BRONCE DEL JUICIO

Ahora bien, debes a recordar todo lo que hemos dicho acerca del bronce en estas profecías: el bronce en los querubines, el bronce en el Hombre de bronce, el bronce del altar mayor. Dios no se comprometerá con nada que no haya sido juzgado en justicia. Ese es el lado negativo, pero existe el lado positivo para nuestra pregunta. ¿En qué se comprometerá Dios a Sí mismo? La respuesta tiene varios aspectos positivos. En primer lugar, esto es donde está Cristo en el otro lado del juicio. El Hombre en el Trono representa a Cristo como en el otro lado del juicio. Hay un arco iris alrededor de ese Trono. Ese arco iris es el símbolo de la redención. En el Libro de Apocalipsis, es representado por el Cordero en el Trono. El Cordero es el Hombre y el Hombre es el Cordero. Él está allí como en el otro lado del juicio, y esa es la primera cosa relacionada con Dios comprometiéndose a Sí mismo. Digo, de nuevo, que Dios se comprometerá en lo que Cristo está en el otro lado del juicio; es decir, donde todo el juicio se ha cumplido.

Ahora bien, debes estudiar eso con tu Nuevo Testamento en tus manos. Cuando Jesús fue a Su bautismo, le dijo a Juan el Bautista: "Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia". Su bautismo fue, como sabemos, un tipo de Su Cruz. Por lo tanto, Su bautismo y la Cruz representan el cumplimiento de toda justicia; es decir, mediante el juicio de la muerte de un Hombre y de la puesta de un nuevo Hombre más allá del alcance del juicio. Ahí es donde estamos por la fe en Jesucristo. Ahí es donde está la Iglesia. A principios de la Carta a los Efesios, la Iglesia está sentada junto a Él en los lugares celestiales. La Iglesia es vista como más allá del juicio, ya que ha sido levantada junto con Él. Para la Iglesia, se ha cumplido todo el juicio. Eso es lo primero que abre el camino a la gloria en la Iglesia. Todo el juicio se ha cumplido, y eso abre el camino para que Dios se comprometa a Sí mismo.

DIOS ESTÁ DONDE JESÚS ES ENTRONIZADO

Ahora vamos a otro aspecto del comprometimiento de Dios mismo: es donde Cristo es glorificado. Dios se comprometerá dondequiera que Cristo es glorificado. Aquí está una ley de Dios. Si Dios ha de darse a Sí mismo por su Espíritu, entonces Jesús debe ser glorificado. Cuando la glorificación del Señor Jesús es nuestro único objetivo, entonces el Padre vendrá por el Espíritu.

Entonces está este tercer aspecto. Dios se comprometerá dondequiera que Jesús está entronizado en el gobierno. Cuando Su Hombre está en el Trono y Él mismo está gobernando, entonces Dios se compromete a Sí mismo. Cuando toda la autoridad que compromete a Su Hijo es reconocida y aceptada, entonces Dios se compromete a Sí mismo.

Y luego hay una cuarta cosa. Dios se compromete donde las cosas son "según Cristo", donde las cosas toman su medida de Cristo. Como ves, estas son las cosas en este libro de Ezequiel. Hemos estado mirando la Casa. No la hemos estudiado en detalle, pero lo que sí sabemos acerca de la Casa es que fue medida por el Hombre de bronce. Cuando las cosas tomen su medida de Cristo, Dios se compromete a Sí mismo.

Y luego una cosa más: Dios se comprometerá donde gobierna la Cruz. Hemos visto cómo todo el altar rige dentro y fuera de la Casa. De modo que donde gobierna la Cruz, Dios mismo se compromete. El Señor Jesús es el gran ejemplo de todo esto. Dios se comprometió con Su Hijo. La Palabra dice que Dios no le dio Su Espíritu por medida a Jesús; es decir, Él le dio Su Espíritu plenamente y sin reserva a Su Hijo. Cuando el significado de la Cruz ha sido sentado y establecido, entonces Dios se compromete. Esto es terreno de Dios.

Tú puedes observar cómo Jesús mide todo de acuerdo el cielo. A menudo lo hemos señalado. Jesús nunca se rige por la mente del hombre. Él nunca haría nada, ni diría nada, o iría a cualquier lugar conforme al consejo del hombre. Permaneció todo el tiempo alejando de Él las sugerencias de los hombres y las mujeres. Lo hizo con respecto a Satanás, lo hizo con respecto a todo. Retiraba de Sí todo lo que viniera del hombre. Él sólo tomaría Su camino, Sus palabras y Sus obras del Padre. Jesús medía todo de acuerdo con el Cielo. Su caminar fue el más cercano con el cielo. En cada detalle en Su vida, Él tomaba el gobierno del cielo. Por lo tanto, el Padre se comprometió con el Hijo del Hombre.

Y luego tenemos Su perfeccionamiento. Él dijo: "Tengo que trabajar hoy y mañana, y el tercer día debo ser perfeccionado". Se nos dice que fue hecho perfecto a través de sufrimientos. Por supuesto, entendemos que no se trataba del perfeccionamiento moral, porque Él ya era perfecto. No era haciendo perfecta Su naturaleza, esto era trayéndole a la plenitud, la plenitud de la Voluntad de Dios. Él iba caminando todos los días en la Voluntad de Dios. Él dijo: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad». Pero la voluntad de Dios estaba haciendo cada vez mayores exigencias sobre Él hasta que, finalmente, la voluntad de Dios requirió que Él debía beber de la copa, que debía ir a través de Getsemaní a la Cruz. Él estaba siendo hecho perfecto o completo conforme a la voluntad de Dios, y cuando llegó a la perfección en cuanto a la voluntad de Dios, Dios le dio la plenitud de la Iglesia. "Dios... le dio un nombre que es sobre todo nombre". Dios ha comprometido la plenitud de Sí mismo en Él. Creo que todo está muy claro. Jesús es el gran ejemplo.

COMPRENSIÓN DEL PROPÓSITO DE DIOS

Ahora traemos este estudio a su fin. Lo hacemos así para señalar tres necesidades para que el propósito de Dios sea plena y finalmente alcanzado. La Iglesia debe tener tres cosas. En primer lugar, debe tener una clara comprensión del propósito de Dios. Es absolutamente necesario que la Iglesia vea lo que es el propósito de Dios. Por eso Pablo elevó esa gran oración pidiendo un «espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento"; que la Iglesia pueda tener los ojos (del corazón) iluminados. Es absolutamente necesario que tengamos una clara comprensión del propósito de Dios; ese propósito es que la Iglesia debe ser la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo; que Dios debe tener un lugar de pleno derecho en la Iglesia. Esa es la primera necesidad, que debemos ver eso, y que deberíamos ser regidos por esa visión. De modo que esa es una cuestión de la visión espiritual o de la comprensión espiritual, una revelación del propósito de Dios sobre la Iglesia. Es por eso que leemos esas partes de las Escrituras desde el principio que manifiestan que la Iglesia debe ser "una morada de Dios en el Espíritu", que Dios debe habitar allí, y que debería ser dicho: "El Señor está ahí", una morada de Dios. Hasta que podamos ver lo que es el propósito de Dios.

COMPRENSIÓN DEL CAMINO DE DIOS

Lo segundo es una clara comprensión del camino de Dios hacia Su propósito, que es una clara comprensión de Su Casa, una casa adecuada para Sí mismo. Esa es una necesidad absoluta para el propósito de Dios. Y, en tercer lugar, es esencial que la Iglesia tenga una clara comprensión de la Cruz. Estas tres cosas son esenciales a fin de que Dios esté allí.

Además, hay dos aspectos de estas tres cosas: Existe el presente progresivo y el futuro perfecto. Justo en la actualidad, esto no es totalmente cierto, y sin embargo, lo que está en la Carta a los Efesios tiene una aplicación presente. En la actualidad, esto sólo es cierto progresivamente. Eso significa que el Señor esté más o menos presente en la medida en que estas cosas sean ciertas. Donde hay una clara comprensión de Su propósito, donde hay una clara comprensión de Su casa, donde hay una clara comprensión de la Cruz, allí encontrarás al Señor. En la actualidad, estas cosas determinan la medida en que el Señor está presente, pero el tiempo viene cuando estas cosas serán completas, cuando Él venga a ser glorificado en Sus santos. Entonces Él se manifestará en Su Iglesia en plenitud. Y así podrás observar que al final de Ezequiel, esa es la ciudad que es mencionada: "El Señor está ahí". La ciudad representa el vaso en el cual y a través del cual Dios está presente en el gobierno.

Bueno, hemos dado un esquema general. Hemos tratado de trazar estas líneas lo más claro posible, pero comprendidos en este esquema hay una cantidad enorme de detalles; y al tratar esto así por encima, te recomiendo: "Procura orar por esto; no sólo tener esto como algún estudio bíblico. Todo esto debe tener valor espiritual y práctico. Por eso te digo, hermano, ora por esto, piensa en esto, y pídele al Señor para que todo esto se haga verdadero donde estás".

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