por T. Austin-Sparks
Capítulo 2 - La Revelación “del Misterio”
"...dándonos a conocer el misterio de su voluntad" (Ef. 1:9).
"que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo,... y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas" (Efesios 3:3-4,9).
"Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia" (Ef. 5:32).
"...y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio" (Ef. 6:19).
Destacamos a través de la carta a los Efesios esta característica –"misterio". ¿Cuál es su significado? Hay dos aspectos. Primeramente, "misterio" significa algo que ha sido mantenido escondido, que no podría ser reconocido, claramente visto o entendido. Era un asunto escondido, lo que llamamos un secreto; y nos es dicho que Dios guardó este secreto, este misterio, escondido por todos los siglos y generaciones, pero que ahora lo hizo conocido. Algo que estaba oculto, un misterio, ha sido ahora declarado. Pero, entonces, hay el otro aspecto distinto, que también es perfectamente claro –que aún después de haber sido declarado el secreto, las personas no consiguen entreverlo, a menos que Dios les dé iluminación al respecto. Aunque este sea el tiempo en el cual es declarado el secreto, aún sigue siendo un misterio hasta que Dios abra los ojos y dé iluminación. Pablo dijo: "por revelación me fue declarado el misterio"; "vosotros podéis percibir mi comprensión del misterio"; de modo que es una cuestión de un misterio que està siendo explicado, o iluminado, a nuestros corazones, y en la medida en que nosotros entreveamos eso, es que llegamos la una expansión espiritual. Nos movemos en dirección a la plenitud cuando entrevemos "el misterio".
DOS MISTERIOS
La palabra "misterio" es usada en diversas conexiones en el Nuevo Testamento, pero hay dos conexiones mayores. Se puede decir que ellas incluyen las otras. En primer lugar, aparece “el misterio de Cristo”. Leemos la frase "el misterio del evangelio", pero aquel viene dentro de éste, que es una parte del misterio de Cristo. Y, en segundo lugar, está el misterio de la iniquidad. ¿Qué viene a ser el misterio cuando usted mira en el Nuevo Testamento? Bien, en cada caso –tanto en el misterio de Cristo cono en el misterio de la iniquidad– usted descubrirá que es una encarnación de un gran ser espiritual y sobrenatural. Esto es perfectamente claro y sencillo con relación a Cristo. Dios estaba en Cristo –este es el misterio–. En los días de Su carne, nadie entendió este misterio, pues estaba oculto.
Ellos sintieron que había algo misterioso sobre Él, algo que era diferente, “otro ser” superior. Ellos no podían alcanzar las profundidades de Él, como decimos; ellos podían mal comprenderlo. "Existe algo sobre este hombre que no podemos compren- der. Él es diferente, Él frustra todas nuestras tentativas de explicación. Hay un misterio sobre Él”. "El mundo no lo conoció" (Juan 1:10). Es el misterio de Dios en Cristo, Dios apareciendo en la forma de hombre, Dios hecho a la semejanza del hombre.
El misterio de la iniquidad es la misma cosa –otro ser espiritual, sobrenatural, venido en la forma humana; el Anticristo. El misterio de la iniquidad es que existe algo en la humanidad que la encabeza, un hombre u hombres, lo cual no es simplemente el hombre en sí. Existe algo sobre esto que es maligno, que es siniestro, que es nefasto. Usted no consigue explicar eso en el campo puramente natural. Hay un misterio sobre eso. Entonces, en ambos casos, es la encarnación de un ser espiritual y sobrenatural que es el misterio, sea de Cristo, sea del Anticristo.
EL DOBLE MISTERIO DE CRISTO
Pero cuando usted viene a Cristo, descubre que el misterio es doble. Primeramente, es Él en Sí, como dijimos; Dios personalmente en Cristo, de modo que Cristo es Dios encarnado. Pero, entonces, usted descubre que, por lo que fue revelado para y a través de Pablo, que Cristo toma un Cuerpo; pero no un cuerpo físico, sino un cuerpo espiritual, "la iglesia que es su cuerpo" (cfr. Ef. 1:22-23); y la Iglesia, siendo su Cuerpo, nuevamente se convierte en el misterio de Cristo; es decir, aquí está Dios en Cristo morando en una compañía de personas, los elegidos, el Cuerpo de Cristo; y la carta a los Efesios es particularmente tomada en este aspecto de Cristo –que usted tiene aquí un cuerpo de personas llamado la Iglesia, en el cual Dios habita.
Hay un misterio sobre este pueblo, sobre esta particular Iglesia, hay algo aquí que es sobrenatural, algo que es espiritual. No es sólo una sociedad de personas llamadas cristianas, un número de personas que se reúnen en la fe cristiana y creen en ciertas doctrinas. Hay algo más que eso sobre esas personas. Si usted sólo supiera y comprendiera esto, que en la realidad más profunda e interior del ser de esas personas, ellas son sobrenaturales; ellas no son meramente personas naturales. Hay algo escondido dentro de ellas que no puede ser explicado en ninguna área, y usted tiene que decir: “Es Dios, es el Señor”. Cuando usted encuentra a esas personas, cuando ellas se reúnen incluso en poco número, si usted entra ahí, usted descubre algo más en esas personas, algo más de lo que ellas son; usted encuentra al Señor. Hay un misterio acerca de eso, y el misterio de Cristo, de lo cual Pablo está hablando aquí, no es sólo el misterio de Cristo, sino que es el misterio del Cristo corporificado, de Cristo en Su cuerpo, la Iglesia.
Así, Pablo está hablando sobre este misterio, y está diciendo: “Ahora, he aquí una cosa celestial, una cosa espiritual; esto no es algo que está sobre esta tierra, que usted puede explicar del modo como usted puede explicar las otras cosas terrenales. Es algo celestial, y usted no consigue explicar esto por medio de patrones terrenales, absolutamente”.
Esta es la afirmación del hecho, pero, naturalmente, esto es un desafío para la Iglesia. ¿Es así la Iglesia? Exactamente, una vez que somos aquello que hemos sido llamados a ser, esta es nuestra medida. Medida espiritual es aquello que somos en Cristo, aquello que Cristo es en nosotros.
EL MISTERIO CONOCIDO SOLAMENTE POR REVELACIÓN
Entonces, llegamos a este otro punto –no es el hecho en sí lo que nos hace crecer; es decir, no es la verdad del Cuerpo como verdad, los hechos afirmados sobre la Iglesia como mera información, lo que nos lleva a un crecimiento espiritual. Podemos ver todo eso en las Escrituras, y sin embargo, eso no hace alguna diferencia para nosotros, con relación a nuestra medida espiritual; el mero conocimiento de la doctrina jamás tiene como resultado un crecimiento espiritual. Hay muchas personas que conocen toda la verdad del misterio de Cristo y de la Iglesia, toda la verdad del Cuerpo de Cristo, y sin embargo son personas de poco crecimiento espiritual. Muchas de ellas conocen la verdad y aún están viviendo en la condición de los corintios, donde todo es muy terrenal y centrado en el “yo”; y muchas otras están viviendo como los gálatas, donde todo es muy legalista. Para que esa verdad signifique un crecimiento espiritual, tiene que estar en el campo de los efesios.
¿Cuál es la situación de los efesios? Es esta: Pablo dice que había sido revelado a él el misterio. Y ahora él dice que ora por esas personas. Ellas son cristianas; no hay ninguna duda sobre eso, aunque él dice que ora por ellas, "17para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 20la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales" (Ef. 1:17-20).
Todo eso tiene que ver con la verdad, con la eterna vocación y el destino de este Cristo corporificado. El conocimiento de Él no es el conocimiento de Cristo como una persona separada. Es el conocimiento de Cristo ahora, en todo lo que Él representa de un modo corporificado. Este es el conocimiento por el que él ora para que ellos lo adquieran; y, habiendo orado de esta manera por los efesios, Pablo se vuelve hacia la cuestión del crecimiento espiritual. Él llega finalmente al gran punto en el capítulo cuatro, "hasta que todos lleguemos... a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo". ¿Cómo llega usted a esta plenitud? ¿Qué es el crecimiento espiritual? Es el resultado de la iluminación de los ojos de su corazón, con relación a la real medida y significado de Cristo, como expreso en su Cuerpo, la Iglesia. El punto es que usted vea, que esto sea revelado a usted. Entonces inmediatamente usted saldrá de la posición de los corintios y de los gálatas, de la iglesia meramente terrenal, con sus ordenanzas, ceremonias, etc. Usted está en una posición celestial, y, entonces, irá a crecer.
Aun bajo el riesgo de una repetición indebida –por causa de la importancia de este asunto–, permítame decir nuevamente aquello que el apóstol dice para sí mismo, y para aquellos creyentes de su época, como también para nosotros, que el camino hacia el crecimiento espiritual es a través de los ojos del corazón cuando son iluminados. Pablo jamás habría orado por eso, si esta no hubiera sido la voluntad del Señor, que esto pudiese ser así; y, si es la voluntad del Señor, entonces podemos tener los ojos de nuestro corazón iluminados para conocer de la misma manera que Pablo conocía –por revelación.
LA IGLESIA CELESTIAL Y CORPORATIVA
Ahora, retornando a aquello que dije arriba, concerniente a la real medida y naturaleza de la Iglesia, yo me pregunto. ¿percibió usted en Romanos, Corintios y Gálatas, la conexión del bautismo? En Romanos 6 el bautismo resulta en un caminar en una nueva vida. "Somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva" (Ro. 6:4). Esto es muy sencillo; esto es el inicio; a través del significado espiritual del bautismo usted simplemente anda en una nueva vida, usted tiene una nueva vida. Cuando usted sale de Romanos y va a Corintios, usted descubre que la unión con Cristo crucificado significa que la mezcla de la vida vieja con la vida nueva tiene que ser tratada; usted posee una nueva vida, sin embargo, usted no debe mezclar en ella la vida vieja.
La segunda epístola de Pablo a los Corintios enseña que usted debe vivir total y solamente en la vida nueva, y no traer la vida vieja juntamente con la nueva. Vea 2 Corintios 5. Cuando usted va a Gálatas, puede ver que Pablo dice: "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos" (3:27). En Gálatas, el bautismo es vestirse completamente del nuevo hombre; y para indicar que esto es un avance sobre la posición de los corintios, él inmediatamente sigue diciendo que en Cristo: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (v. 28). Usted se viste del nuevo hombre. Las divisiones de los corintios se acaban; el bautismo, con relación a la posición de los gálatas, significa que nosotros no conocemos a nadie según la carne. Pero, aun en Romanos, Corintios y Gálatas, es como si estuviéramos viviendo como cristianos en una nueva vida delante del Señor aquí, sobre la tierra.
Al leer a Efesios encontramos esta declaración: "4Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús" (Ef. 2:4-6). Ahora aquí el "nosotros", es corporativo. Cuando usted estudia la carta a los Efesios, llega a un terreno que yo llamo de bautismo corporativo. Esto tiene una aplicación individual, sin embargo, Efesios ve la Iglesia como un todo, como algo que fue bautizado. Es como si todo este Cuerpo de Cristo, la Iglesia, haya sido corporativamente bautizado, y ya no es algo terrenal; es un Cuerpo celestial. Todo aquí, en esta primera mitad de la carta a los Efesios, es corporativo. Es la iglesia que fue pre-conocida, pre-ordenada, predestinada. Sólo se nos hace un desafío individual y personal con relación al todo, pero es la Iglesia que está a la vista, y el "nosotros" que fueron vivificados y resucitados, son una cosa corporativa; de modo que en Efesios el bautismo ve a la Iglesia localizada en los cielos, a través de la muerte y de la divina vivificación y resurrección, juntamente con Cristo. Es algo mucho más pleno que sólo una vida cristiana individual.
Usted puede ser bautizado como un individuo, sin embargo debe reconocer que Dios nunca piensa en usted como un individuo, en ese sentido; Él nunca se refiere a usted como una persona aislada. Él le mira a partir del punto de vista del Cuerpo como un todo, y dice: "Cuando tú fuiste bautizado, no fuiste bautizado sólo como un individuo; tú fuiste bautizado como parte de la Iglesia, y en tu resurrección, tú eres visto desde el cielo en tu relación con la Iglesia". Por eso la posición más elevada de Efesios es esta, que ahora, siendo vivificados y resucitados juntamente con Cristo, y sentados en los lugares celestiales, es un cuerpo con los otros creyentes, y en esa relación, usted encontrará su plenitud. Usted jamás hallará crecimiento espiritual sólo como un individuo separado, aislado, sino con relación a los otros creyentes. "Dios hace habitar en familia a los desamparados" (Sal. 68:6), y no hay ninguna duda sobre esto, independientemente de si usted entiende o no, de que acepte o no esta doctrina, usted puede probar rápidamente en experiencia que nuestro crecimiento espiritual realmente viene por medio de una relación espiritual y celestial verdadera con los demás creyentes. Esto es probado por el hecho de que no es siempre fácil para los corintios que vivan juntos por mucho tiempo. Esto parece algo terrible de decir, pero usted tiene una porción de otros factores con los cuales tendrá que lidiar. Si usted fuera una persona común en este mundo, podría salir muy bien librado; sin embargo, siendo cristiano, usted tiene que enfrentar toda fuerza de Satanás trabajando sobre cualquier pedacito de vida natural que él pueda encontrar Así, él genera dificultades entre los cristianos, las cuales ellos no tendrían si no estuvieran en una posición celestial. Ellos están encontrando fuerzas en los lugares celestiales. Hay el roce y la fricción, y todas las corrientes de la cruz que intentan dividir a los cristianos, pero que no intentan dividir a las otras personas, porque hay tanta cosa involucrada en esa unidad espiritual verdadera entre el pueblo del Señor –por el Señor y contra Satanás. Satanás quebraría esta unidad espiritual si él pudiera. Él sabe lo que esa unidad representa para él, y el Señor sabe lo que ella representa para Sí mismo, y de ahí las dificultades de los cristianos para que vivan juntos, especialmente por un largo tiempo.
Ahora, ¿cuál es la conclusión? Cuando aparecen esas dificultades, debemos decir: ”Para yo alcanzar una nueva posición espiritual, es evidentemente necesario llegar al tope de esto. Si yo no desisto y prosigo tenazmente, llegaré a un crecimiento espiri- tual; tengo que conocer al Señor en una forma nueva, a fin de obtener más gracia, amor, paciencia”. Eso se traduce en crecimiento espiritual; y esto viene a través de la acción de relacionarse (Naturalmente, esta es sólo una forma; existen muchas otras por las cuáles el crecimiento espiritual viene por medio de la relación). Si nosotros tan solamente por el hecho de que nos mantengamos juntos en oración, hay crecimiento espiritual.
¿Quiere usted crecimiento espiritual? Reconozca que su bautismo no es sólo una cosa individual y personal, sino que, desde el punto de vista de la plenitud de Dios, es algo corporativo. Usted puede, en Romanos, ser bautizado individualmente para caminar en una nueva vida; sin embargo, cuando usted llega a Efesios, es corporativo; la Iglesia fue bautizada, es una Iglesia bautizada; una Iglesia crucificada y resucitada, y una Iglesia en los lugares celestiales, que es de gran significancia espiritual; no una cosa aquí; y allá usted llega al campo de la gran plenitud de Dios.
Que “seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef. 3:18- 19). Esto es plenitud. El objetivo es ser lleno de toda la plenitud de Dios; pero observe, esto es corporativo. Debemos orar al Señor en los términos de la oración del apóstol Pablo, para que los ojos de nuestro entendimiento sean iluminados. Cuando lo entreviéremos, está hecho. Lo que necesitamos es entrever, para que podamos conocer la esperanza de nuestro llamado.
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